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BIENESTAR YOGA

Mi visión del yoga y como lo transmito en mis clases

Hay muchos tipos de yoga y muchos más tipos de profesores…. Hoy voy a hablar del yoga que practicamos en Ara Lasai y voy a intentar explicar como lo transmito en las sesiones.

Creo firmemente en que el yoga es salud y bienestar, partiendo de esta base y en función de las personas que tengo delante preparo las sesiones.

Sobre las sesiones con asanas (las posturas de yoga):

El estilo que sigo es el hatha yoga y el yin yoga, dos estilos donde colocamos y mantenemos las posturas (mucho menos en hatha que en yin) intentando mantener la atención en el cuerpo y la respiración y de ese modo entender que trabajo corporal estamos haciendo, aprendiendo a distinguir entre malestar y dolor, entendiendo poco a poco nuestro cuerpo, del que estamos bastante desconectadas habitualmente. 

Nuestro cuerpo es nuestro templo, debemos intentar cuidarlo al máximo y en ocasiones el ego, la competitividad, tan arraigada en nuestra cultura, nos alejan de ese cuidado en la práctica de asanas, intentando llegar más lejos, más profundo, más a esa foto interna que tenemos como referente, comparándome con las personas que tengo al lado, exigiéndome cada vez más y más, olvidando la base del yoga, lo realmente importante, el autoconocimiento. 

Tu eres única/o, tu cuerpo es único, tus capacidades y actitudes no son las del resto, entonces ¿para qué querer ser como…? 

Una asana correcta es aquella en la que te sientes estable y cómoda/o, busca eso.

Si sientes la asana, la estás haciendo, centrate en tus sensaciones. 

Sobre mi enseñanza:

Tal y como yo entiendo el yoga intento transmitirlo, desde los beneficios que yo he obtenido con mi propia práctica, una mejor forma física, una mejor postura, un mejor conocimiento de mi cuerpo y mis posibilidades, una mayor aceptación, calma mental, etc.

El yoga para mí es terapéutico y sinónimo de salud, el trabajo del yoga debe ser respetuoso y amable con el cuerpo, dejo fuera aquellas asanas que nos pueden dañar en algo, entiendo que en este punto cada profesor tiene su visión, la mía es muy funcional, aquello que puede lesionarme lo dejo fuera, me quedo y enseño aquellas posturas que nos traen beneficios de una manera accesible y segura, se dice que hay más de 2000 asanas, por tanto, muchas opciones para trabajar los diversos aspectos de un modo seguro. 

Me gusta mucho hacer uso de accesorios en las prácticas, estos nos ayudan como extensiones de nuestro cuerpo para acceder y mantener de forma correcta las posturas y además nos aportan comodidad en muchas otras.

Hay momentos de silencio y concentración pero también hay espacio para el buen humor y la risa, para preguntar o comentar lo que se necesite, me gusta que las personas que realizan yoga conmigo se sientan parte de un grupo, traspasar ese momento semanal sobre la esterilla y formar comunidad. 

Doy gran importancia al shavasana final, ese momento de relajación total del cuerpo, ese momento de entrar dentro, interiorización y conexión, intentando dejar a un lado todo lo que viene de fuera. Creo que esta es la parte mágica del yoga, ese momento único de presente constante, respiración tras respiración, el camino hacia el interior, lugar de calma, de seguridad, de sabiduría, de bienestar y paz. El oasis entre el ruido y las prisas diarias. 

Feliz día,

Namasté

Mariona Cebollada, instructora de yoga para niños, adultos y maternidad.

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Lo que hace el yoga excepcional

Cada vez escuchamos más sobre lo beneficioso de la práctica de yoga, pero: ¿Qué es lo que lo diferencia de otras actividades? ¿Qué lo hace tan especial?

Voy a dar mi punto de vista, como practicante y como instructora.

Lo que hace del yoga una actividad única es la unión del cuerpo y la mente, porque a través de una serie de asanas o posturas que pueden ser más o menos exigentes (eso depende de cada una/o, ya que adaptamos cada postura a nuestra capacidad física), los pranayamas o respiraciones, la constante observación de nuestro cuerpo, y el shavasana que concluye la sesión, conseguimos una perfecta conexión con nosotras/os mismas y conseguimos llegar a un estado de calma y tranquilidad.

Cada persona se acerca al yoga por una motivación diferente, quizás quieran mejorar su estado de salud postural, mejorar su flexibilidad o salud en general, quizás sea para aliviar el estrés o la ansiedad o mejorar la conexión con el interior, sea lo que sea que nos lleve a la práctica, lo más probable es que el yoga te cautive si es tu momento.

Cuando tenemos un propósito y a través del yoga lo queremos llevar a cabo, seguro que te llenarás con la práctica. El día a día no suele permitirnos momentos a solas con nosotras/os mismas, solemos correr de un lado a otro, detrás de obligaciones varias, con el piloto automático en marcha, actuando por rutina. Acudir a un centro de yoga y crear el hábito de la práctica, te proporciona ese momento de conexión contigo, un rato para dejar a un lado todo lo que nos llega del exterior en forma de preocupaciones, de obligaciones, de pensamientos, de planificaciones, etc, para centrarnos en el interior, para darte el permiso de preguntarte como te encuentras, que sientes, que te dice tu cuerpo, que te dice tu conciencia…

Solemos escuchar solo a nuestra mente y es una herramienta fantástica para darnos soluciones, para tratar problemas, para darnos el camino entre el punto en el que me encuentro A, y la solución B, pero vivir condicionados por nuestra mente puede ser peligroso, la mente nos da soluciones en función de experiencias pasadas, de nuestras creencias, y estas pueden ser muy limitantes. Cuando solo escuchamos a nuestra mente, no vemos la realidad tal cual es, estamos ante una realidad distorsionada. Para entrar en contacto con el interior, con la sabiduría que todos tenemos dentro hay que alejarse de los pensamientos, hay que hacer un trabajo personal, de auto indagación, a través del mindfulness, del yoga, de la respiración…

Nuestra sociedad cada vez es más consciente de la importancia del cuidado mental para una buena salud general, que hablar de espiritualidad, de nuestro interior, de la conciencia, o la meditación, nada tiene que ver con religiones, chamanes o brujas, somos cuerpo y mente, y tenemos un poder inmenso dentro de nosotros, solo tenemos que aprender a escucharlo.

Cuando empezamos a practicar yoga nos puede costar un poco entrar correctamente en las posturas, mantenerlas durante unas respiraciones, aprender la secuencia de un saludo al sol, combinar el movimiento con la respiración, etc… pero en un espacio de tiempo iremos conectando mejor con el cuerpo, aprendiendo como ejecutar de manera correcta y al final encontrar la comodidad y la estabilidad en cada asana, en ese momento entraremos en conexión con algo más que con el cuerpo e iniciaremos algo más profundo e intimo. Para llegar a esto no hay más que práctica, constancia y esfuerzo.

Lo que si sentirás desde tu primera práctica es la calma del shavasana, es la parte final de la sesión, en la postura del cadaver, nos dejamos, abandonamos el cuerpo sobre la esterilla y únicamente nos centramos en la voz del instructor, la suave música de fondo, la leve luz de las velas, el aroma a incienso… todo ello, nos invita a encontrar ese rincón interior de paz y de relajación profunda. Este momento, para mí, es lo que hace excepcional al yoga.

Mariona Cebollada, instructora de yoga, yoga embarazo y yoga niños. Codirectora del Centro Ara Lasai