
Para explicar o entender que es el yin yoga, debemos entender los conceptos de yin y yang, se trata de dos fuerzas opuestas, existen en la naturaleza y en nuestro cuerpo y mente.
En el universo se da una polaridad y no existe nada que no tenga su opuesto. Además estos conceptos se complementan entre sí y debemos buscar en todo el equilibrio y la armonía. Cuando vemos el símbolo del yin yang podemos observar que nada es totalmente yin o totalmente yang, cada parte tiene la semilla de su opuesto en su interior.
En nuestro cuerpo podemos hablar de tejidos yang: los músculos, y tejidos yin que son los tejidos conectivos profundos: la fascia y podemos incluir tendones y ligamentos.
Entonces podemos concluir que yin yoga pretende equilibrar nuestro estado físico y mental, trabajando con los tejidos más profundos del cuerpo, y esto se consigue manteniendo las posturas durante largos periodos de tiempo (que pueden variar entre los 3, 5 o incluso 10 minutos). Lo que hace del yin una práctica donde no hay actividad muscular, buscamos rendirnos a la postura ayudados por la propia gravedad y sin esfuerzo físico, pudiera parecer entonces que es una práctica poco exigente o sencilla y nada más lejos de la realidad, mantener una postura durante un tiempo largo puede volverse muy exigente a nivel físico pero sobre todo a nivel mental.
Al ser una práctica tan lenta, se podría decir que es una meditación, no pretendemos cambiar nada, aceptamos y observamos las cosas tal y como son, todas las experiencias son buenas y válidas en yin yoga. Intentemos disfrutar del camino aprendiendo a valorarnos y querernos sin tener que cambiar nada.
No existe luz sin sombra y todo es parte de ti.