El cáncer es una enfermedad que nos afecta a todos de algún modo, bien porque alguien cercano lo padece o porque lo vivimos en primera persona.
A pesar de los numerosos avances de la ciencia, cada año esta enfermedad se cobra muchas vidas, en el año 2020 casi 110.000 personas perdieron la vida por cáncer, siendo la segunda causa de mortalidad en España (entre hombres y mujeres) la primera entre los hombres.
Hace dos años abrí mi propio centro de yoga y desde entonces me dedico a la enseñanza de esta disciplina a tiempo completo, mi madre fue mi primera alumna en el centro y practicó con nosotras hasta que el verano del 2020 empezó a quejarse de dolor en la espalda, aquello fue el principio de una carrera contrarreloj, el 15 de noviembre de 2021 fallecía por cáncer de pulmón.
Cuando recibimos el diagnóstico ya era tarde para poder curarlo, estaba en fase de metástasis y solo podíamos intentar cronificar la enfermedad, entonces mi madre tenia 69 años y era una mujer muy vital, entregada a su familia, una persona aparentemente con mucha vida por delante y fumadora empedernida, pero el cáncer no perdona, puedes tener alguna mutación susceptible a medicamento específico y puedes no tenerla.
Un día me llegó la información sobre una formación de yoga oncológico y por supuesto me lancé a ella, conozco de primera mano los beneficios del yoga y para mi es terapia (sobretodo a nivel mental) pero además la ciencia lo avala, en el campo de la oncología se considera el yoga como una terapia complementaria.
La palabra cáncer te pone cara a cara con la muerte, toda tu vida da un giro brutal, tus creencias y supuestos son puestos en tela de juicio, convirtiendo esta experiencia en algo altamente estresante, en permanente incertidumbre y solo de ti depende como vivir este proceso.
Entonces que puede hacer el yoga por ti y de que manera
El yoga oncológico ofrece una adaptación del yoga tradicional a las condiciones físicas y emocionales específicas de las personas con cáncer, acompañando el proceso de tratamiento y post tratamiento, quizás el gran olvidado a nivel sanitario.
Los objetivos de yoga para el cáncer son:
- Contribuir a la rehabilitación física, por medio de las secuencias posturales propuestas, ejercicio físico adaptado a los dolores propios de la enfermedad, los tratamientos, las intervenciones…
- Contribuir a la reducción del estrés generado por la enfermedad, los tratamientos y sus secuelas, por medio de respiraciones, relajaciones, meditaciones, etc
- Invitar a una reconexión amorosa con el propio cuerpo que puede ser visto como el enemigo, buscando el empoderamiento frente a la enfermedad.
- Promoviendo redes de apoyo, invitando a hablar y realizando una escucha activa, conectando con personas que comprenden y acompañan tu proceso, creando un espacio para ser soportado y soportar a otras personas, dejándonos ayudar.
La adaptación, la sencillez y la confianza
Son los tres pilares para las sesiones de yoga.
Ofrecemos un espacio y una práctica adaptada, uso de soportes necesarios. Sesiones en pequeños grupos o individuales.
Sencillez en la práctica y en el lenguaje, el yoga no tiene porque ser algo complejo, quiero que te ayude y sea sencillo y sobre todo práctico para tu proceso vital.
Confianza en ti, en tus posibilidades y en mi persona para ayudarte y guiarte en la práctica, te invito a que te sientas como en casa.
Si sientes que puedo ayudarte o a cualquier persona que tengas cerca será un placer para mí conocerte.