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Incertidumbre

Nos ha tocado vivir tiempos complicados, podemos tener más o menos miedo a este nuevo virus que nos acecha, pero lo que está claro es que está provocando una gran inestabilidad a nuestras vidas, la incertidumbre, esa falta de confianza, de seguridad que tanto necesitamos las personas, y especialmente cuando crea inquietud.

Hay personas que lo están viviendo con mucho miedo, en algunos casos con temor, extremando precauciones o incluso privándose de salir de casa para nada más que lo estrictamente necesario. 

Otras se sienten más relajadas, porque saben que están cumpliendo con los protocolos de seguridad, quizás porque simplemente tenemos que continuar viviendo, porque aceptan esta nueva realidad y se intentan adaptar a ella del mejor modo posible. 

Y directamente hay personas irresponsables que no tienen ningún miedo por ellos mismos, pero tampoco por el resto de personas que forman su comunidad, no siguen las normas y ponen en peligro la estabilidad y la llegada de una ansiada nueva normalidad. 

El ser humano necesita estabilidad, saber que va a ocurrir nos da tranquilidad en la vida y nos proporciona seguridad y confianza. 

En función del trabajo personal de cada uno y de nuestra forma de ver el mundo, estamos más o menos preparados para afrontar cambios, lidiar con la incertidumbre, probar cosas nuevas, salir de la zona de confort.

Lo que ahora está ocurriendo es una situación excepcional, nueva para todos, y que se está alargando en el tiempo sin fecha de fin, esto nos provoca gran inestabilidad, a todos los niveles, salud, económico y laboral, de relaciones, personal… Este nuevo panorama que tenemos frente a nosotros no parece que vaya a cambiar por el momento, entonces qué podemos hacer para intentar llevar de la mejor forma posible todo esto? 

La respuesta no es sencilla, no existe una fórmula mágica, pero sí hay cosas que pueden ayudarnos a lidiar con la angustia, la inquietud, la incertidumbre…

  • Lo primero es aceptar que la vida es un cambio constante, nada permanece para siempre, es una rueda y en ocasiones estamos arriba y otras abajo.
  • Debemos cultivar una actitud abierta, flexible y con capacidad para la espontaneidad. Se puede empezar con pequeños cambios: cambia de silla, toma conciencia de que siempre sueles ocupar el mismo sitio, en casa, en la cafetería, en las reuniones de trabajo o en la sala de gimnasia… observa hasta qué punto te sientes seguro con estos hábitos y lo que provoca este pequeño cambio. 
  • Cuando sientas que una emoción te invade, primero identifícala e intenta aceptarla, no la rechaces, “esto es lo que siento ahora y esta bien”, toma el papel de observador, permítete sentirla, obsérvala en tu mente y en tu cuerpo (si hay alguna sensación corporal que vaya unida a la emoción) y no te enfades contigo misma/o por tenerla. 
  • Nuestra mente viaja de manera constante del pasado al futuro, pero pocas veces está en el momento presente, al surgir una preocupación, miedo, ansiedad, etc.  observa de donde proviene, ¿es por algo del pasado? ¿me estoy preocupando por algo del futuro? El único momento sobre el que tenemos poder es este, el presente, así que intenta volver, a través de la respiración, al ahora. 
  • Es bueno hablar de ello, porque dejamos que salga fuera y puede que nos ayude el hecho de verbalizarlo, intenta soltar. Pero no dejes que se apodere de todas las conversaciones, cuanto más hables de ello más pensamientos provocarás y corres el peligro de entrar en una espiral.
  • Respira de manera consciente, siéntate unos minutos y observa como entra el aire por tus fosas nasales y como sale a través de ellas, intenta percibir la temperatura del aire de la inhalación y la exhalación, puedes contar lo que dura cada inhalación y cada exhalación, o puedes contar respiraciones, lo que prefieras, pero de este modo estarás en el ahora y poco a poco conseguirás entrenar la mente para que esté donde tu quieras y no en los pensamientos constantemente.  
  • La meditación y la práctica del yoga pueden ser tus grandes aliados en este camino. Te invitan a permanecer en el momento presente, a la aceptación, la observación de tu cuerpo y tu mente, a la calma, a una mejor relación contigo misma/o, con tus sentimientos y emociones y con los demás. Es un camino hacia el conocimiento interior y el bienestar físico y mental.
  • Y por supuesto, en caso de que esos sentimientos te dominen, no dudes en acudir a un especialista, un psicólogo/a, puede ayudarte a combatir todos esos miedos e inseguridades y a que vuelvas a tomar el control de tu vida. 

En AraLasai somos especialistas en bienestar, y queremos ayudarte. 

Realizamos sesiones de Yoga Niños, Yoga Adultos, Yoga Embarazo y disponemos de servicio de Psicología infantil y adultos. 

Puedes contactar con nosotras para lo que necesites. 

Mariona Cebollada, codirectora del centro AraLasai, instructora de yoga, yoga niños y embarazadas.

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